¿El fin de las entrevistas cara a cara? El desafío de las encuestadoras ad portas de un nuevo ciclo electoral
Las principales firmas de opinión pública analizan por qué cada año pierden protagonismo los sondeos en terreno versus los virtuales.
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A meses de iniciar un nuevo ciclo electoral en Chile -que parte en octubre con las elecciones de gobernadores, alcaldes y concejales y que culminará la elección presidencial del próximo año-, las principales empresas encargadas de hacer sondeos de opinión reconocen que las nuevas tecnologías están impactando en la forma de recopilar información. Razón por la cual cada vez toman más protagonismo las encuestas online.
El director ejecutivo de Activa, Ramón Cavieres, sostiene que el pronosticar el comportamiento electoral siempre es un desafío y que con voto obligatorio “es menos complicado estimar el comportamiento y que también depende del tipo de elección. Elecciones de universos más pequeños son más difíciles de estimar que una elección presidencial”.
“Las respuestas a través de aplicaciones autoadministradas, es decir, donde no hay una cara (o voz) al frente, mejoran sustantivamente en su calidad predictiva”. señala Cristián Munita.
Afirma que hoy la ciudadanía puede cambiar de opinión en poco tiempo, producto de la gran información que circula: “Por eso, es muy importante estimar comportamiento electoral mientras más cerca se está de la elección, ideal de dos a un día antes”.
Reconoce que en la mayoría de los países desarrollados se realizan encuestas en línea, porque los sondeos en terreno “son difíciles de hacer hoy, por acceso y seguridad”. Además, por tiempo, cada vez la información de encuestas se requiere con mayor rapidez dado que los temas de discusión van “muy rápido en la opinión pública. Los sistemas de encuestas online cada día se desarrollan más”.
El gerente general de Criteria, Cristián Munita, cree que es un hecho que, producto de la percepción de inseguridad, sea “más difícil hacer estudios cara a cara”, y más si los encuestadores buscan hacer entrevistas en el hogar. Sin embargo, señala que existen otras alternativas que permiten conocer la opinión de las personas.
“Hoy vemos más bien dificultades en algunas técnicas, más que un fenómeno generalizado de los estudios de opinión. Al contrario, las personas entienden que su opinión tiene valor sobre marcas, productos o figuras públicas”, complementa Munita.
Señala que hoy los niveles de penetración de internet que muestra Chile permiten que prácticamente la totalidad de los residentes pueda responder una encuesta web en su teléfono, y que diversos estudios indican que “las respuestas a través de aplicaciones autoadministradas, es decir, donde no hay una cara (o voz) al frente, mejoran sustantivamente en su calidad predictiva, puesto que no se activan sesgos de deseabilidad”.
Difícil acceso a entrevistados
La coordinadora del área de opinión pública del Centro de Estudios Públicos (CEP), Sandra Quijada, sostiene que desde 2019 la participación de las personas en los procesos de trabajo de campo se ha vuelto cada vez más compleja, ya que las barreras para acceder a los entrevistados han aumentado. Esto, dice, se ve reflejado en la disminución de las tasas de respuesta, tanto en opinión pública como en las encuestas que miden las estadísticas oficiales (Casen, ENE, Censo, etc).
De hecho, desde 2018 el CEP ha realizado pruebas de modos mixtos -mezclando, por ejemplo, presencialidad con cuestionarios remotos- para evaluar nuevas técnicas de recolección de datos.
Durante la pandemia, el organismo abordó la necesidad de mantener su serie histórica de opinión pública de casi 40 años, por lo que adecuó la encuesta a las restricciones de movilidad utilizando, de manera excepcional, la aplicación telefónica de manera exitosa. Una vez levantadas las restricciones de movilidad, el CEP ajustó sus procesos como el uso de nuevas tecnologías y cuestionarios ajustados, con el fin de mantener el levantamiento de datos y adelantarse a los problemas que se observaban en el resto del mundo, para no sacrificar la calidad de su sondeo.
Quijada agrega que las encuestas en terreno siguen siendo un modo de aplicación relevante en nuestro país y en el mundo: “Prueba de ello es que las encuestas más importantes para las políticas públicas se realizan con ese modo, como las encuestas de hogares en nuestro país: Casen, la ENE, la ENUT, la ENUSC, la encuesta Bicentenario y la Encuesta CEP, que tienen una larga tradición y experiencia en este ámbito y que permiten una mejor calidad de los datos”.
El gerente general de Cadem, Roberto Izikson, señala que es un fenómeno global que las encuestas cara a cara están desapareciendo y aumentan las online por dos razones: porque la gente se comunica a través de su celular, su mail, y su WhatsApp; y porque son infinitamente más económicas que las encuestas telefónicas, lo que reduce las barreras de entrada.
“Al menos nosotros que hacemos de las tres metodologías -encuestas cara a cara, por call center y online- no vemos un problema de disposición, de participación o de una caída muy significativa de las tasas de respuestas, salvo las encuestas cara a cara, pero todavía controlable y todavía en rangos sumamente aceptables”, dice Izikson.
Explica que como las encuestas cara a cara son mucho más caras que las telefónicas y las online, han tendido a disminuir y su uso ha quedado casi exclusivamente radicado en el Estado.